Mitos, leyendas y folclore del mundo...

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En el panteón de deidades griegas, Zeus y Poseidón pueden captar la mayoría de los titulares, pero es Hades, el enigmático gobernante del inframundo, quien posee algunas de las historias más fascinantes y profundas de la mitología griega. A menudo malinterpretado y rodeado de misterio, Hades es un personaje que evoca tanto temor como curiosidad. En este nuevo episodio, exploramos las complejidades de Hades, no solo como dios del inframundo, sino también como una figura central en los mitos que exploran temas de vida, muerte y el más allá.

Desde las primeras menciones en los épicos de Homero hasta las interpretaciones modernas, Hades ha sido una figura que ha resonado a través de las edades. Este artículo te llevará a un viaje a través del oscuro velo que rodea al señor de los muertos, desentrañando los mitos, las malinterpretaciones y la influencia cultural de uno de los dioses más poderosos y enigmáticos de la antigüedad. Prepárate para descubrir la verdadera historia de Hades y cómo ha llegado a ser entendido en el imaginario colectivo.

Transcripción del episodio

En este episodio, después de sumergirnos en las historias de Zeus y Poseidón, nos adentramos en las sombras del inframundo griego para descubrir a uno de los dioses más enigmáticos y malentendidos de la mitología griega: Hades. Un dios cuya sola mención evocaba temor y respeto, y del cual preferían no hablar nuestros ancestros.

En este viaje, exploraremos los escasos pero cautivadores mitos asociados con Hades, desentrañando su compleja figura más allá de ser simplemente el señor del inframundo. Acompáñame en este descenso a un mundo donde la riqueza, el misterio y el inevitable destino se entrelazan en la figura de un dios que, a pesar de su temible reputación, jugaba un rol crucial en el equilibrio del cosmos griego.

Y recuerda, si te apasiona la mitología tanto como a mí, puedes encontrar la transcripción completa de este episodio, las fuentes consultadas, y mucho más en nuestra página web: www.mitosymas.com. Además, síguenos en redes sociales como Mitos y más en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube para no perderte ninguna de nuestras fascinantes historias.

Bienvenida y bienvenido a Mitos y más, un podcast sobre mitos, leyendas y folclore de todo el mundo, en el que dioses, monstruos, héroes y seres mágicos nos permiten conocer y acercarnos un poco más de las ideas de nuestros ancestros.

Los griegos temían a Hades incluso más que a sus hermanos Zeus y Poseidón, aunque rara vez lo adoraban e incluso evitaban mencionar su nombre. Para los mortales era "el dios de abajo" o "el invisible”, títulos utilizados para no pronunciar su verdadero nombre y quizás no llamar su atención. A veces se le llamaba por el griego Pluto ("riqueza"), una referencia a las riquezas ocultas bajo la tierra, o incluso "el dios bueno" con la esperanza de obtener su beneplácito. Pero al final, ningún intento de esconderse de Hades o de ganarse su favor funcionaba. Lo único que inspiraba a los humanos era el terror al amargo final de la vida.

Los rezos y las súplicas no conmovían, ni los sacrificios apaciguaban al despiadado dios de los muertos. Todos los mortales, tanto los buenos como los malos, acababan bajando a las tierras de la muerte donde gobernaba Hades, el territorio que le correspondió tras la triple división del cosmos con sus hermanos. Cabe aclarar que Hades no era un dios rencoroso o cruel, simplemente era una fuerza implacable, tan implacable e inevitable como la propia muerte.

Hay pocos mitos sobre Hades, la mayoría son escasos, quizás por el temor a nombrarlo, una de las historias más conocidas que lo involucran, la conoceremos mejor cuando hablemos de Deméter.

Más allá de eso, casi todo lo que sabemos sobre Hades es la naturaleza del hogar que compartía su nombre. Era un lugar oscuro y melancólico de interminables suspiros y una existencia vaporosa para los mortales que pasaban por él. Hades gobernaba esta tierra, en la que habitaba la Muerte y su hermano el Sueño. No había castigo en este reino oscuro, salvo para unos pocos señalados por los dioses, simplemente una existencia interminable como una sombra sin cuerpo, sin sustancia ni esperanza.

Todas las almas que morían eran conducidas por el dios Hermes, y ocasionalmente por el propio Hades, a las orillas del río Estigia. Las almas que no habían recibido una sepultura adecuada permanecían en la otra orilla del río durante al menos cien años antes de poder cruzar. Los que habían recibido ritos funerarios eran transportados a través de la corriente por el malhumorado barquero Caronte, que cobraba a los muertos por su paso, por lo que los griegos siempre eran enterrados con una moneda en la boca. Al otro lado del Estigia les esperaba el perro de tres cabezas, Cerbero, que movía la cola para saludar a todos los que entraban, pero devoraba a cualquier alma que intentara salir. Los peores muertos eran juzgados por Minos, su hermano Radamantis, o el virtuoso Éaco, y condenados a la tortura, mientras que a unos pocos benditos se les permitía entrar en los deliciosos campos del Elíseo. Algunas historias dicen que los infelices muertos podían beber de las aguas del arroyo Leteo y olvidar la miseria de sus vidas, pero a la mayoría se les dejaba recordar y vagar por las lúgubres llanuras del inframundo durante toda la eternidad.

Sin embargo, había algunos griegos que rechazaban esta sombría visión de la muerte y esperaban algo más que el tenebroso reino del Hades como próximo mundo. Creían que el alma podía renacer en una nueva vida en la tierra, o que, con una formación e iniciación adecuadas, el propio ciclo de renacimiento podía romperse y el alma podía alcanzar una existencia superior para siempre en el reino de los dioses. Algo que se explica en el Mito de Er, que ya revisamos en un episodio previo cuyo enlace te dejo en la descripción por si no lo habías escuchado.

Debido a su aislamiento en el inframundo, en la mitología griega existen pocos romances atribuidos a Hades, y a diferencia de sus hermanos, la mayoría de ellos, no se caracterizan por la lujuria y la violencia, quizás porque los griegos consideraban a Hades un dios infértil.

Uno de esos romances es el de Mente, una ninfa asociada con el río Cócito. Según algunos autores, esta ninfa era la concubina del señor de las tinieblas, antes del rapto de Perséfone. Se dice que fue transformada en una planta de menta, tras desencadenar el enojo de Perséfone o de su madre Deméter, al decir que ella, Mente, era más noble de forma y más excelente en belleza que Perséfone, cuyos ojos eran oscuros, y que tarde o temprano Hades volvería con ella.

Otro romance de Hades es la ninfa Leuce, una hija de Océano, que tras su muerte fue transformada en un álamo blanco y colocada en el Eliseo, desde entonces se dice que este árbol era sagrado para Hades, tanto que cuando Heracles volvió triunfante de su viaje por el inframundo, fue coronado con hojas de álamo blanco.

Finalmente, aunque aislados del mundo terrenal, Hades y su esposa Perséfone, ejercían en ocasiones castigos formidables a quienes se interponían con el normal funcionamiento de su reino. Tal es el caso de rey tebano Creonte, que tras negarse a permitir el entierro de los guerreros muertos en combate, vio como su reino fue asolado por una terrible plaga, cuando la peste se apoderó del reino y la cantidad de muertos comenzó a ser preocupante, el rey envió oficiales a consultar el oráculo de Apolo en Gortin. El dios respondió que debían apelar a los dos dioses del inframundo, Hades y Perséfone. Además, dijo que cesarían en su ira si se les sacrificaban dos doncellas dispuestas a ello.

Por supuesto, en la ciudad, ninguna de las doncellas estaba dispuesta a sacrificarse, hasta que una sirvienta informó de la respuesta a las hijas de Orión, las dos Corónides. Estaban trabajando en su telar y, en cuanto se enteraron, aceptaron la muerte en nombre de sus conciudadanos antes de que la epidemia de peste las alcanzara también a ellas.

Clamaron tres veces a los dioses del inframundo diciendo que eran sacrificios voluntarios, y se abrieron la garganta. Así ambas cayeron a la tierra. Perséfone y Hades se apiadaron de las doncellas e hicieron desaparecer sus cuerpos, enviándolos en su lugar fuera de la tierra como cuerpos celestes. Cuando aparecieron, se elevaron hacia el cielo. Y los hombres los llamaron cometas.

Y así, amigos oyentes, concluimos nuestro viaje por las oscuras y misteriosas profundidades del inframundo griego, en compañía del enigmático Hades. Hemos explorado no solo los confines de su reino, sino también las facetas menos conocidas de este dios tan crucial en la mitología griega.

Espero que este episodio haya iluminado un poco más la figura de Hades, más allá de los estereotipos y temores ancestrales, revelando un aspecto más profundo y complejo de la mitología que ha fascinado a la humanidad durante siglos.

Recuerda que puedes revivir esta y otras historias mitológicas, acceder a las transcripciones y a nuestras fuentes, y sumergirte en el rico tapiz de mitos, leyendas y folclore de todo el mundo en nuestra página web: www.mitosymas.com. Y no olvides seguirnos en nuestras redes sociales como Mitos y más para estar al tanto de cada nuevo episodio.

En nuestro próximo encuentro, cambiaremos las sombras por la luz, explorando la vida de Apolo, el dios de la música, la medicina y la poesía. Prepárate para un episodio lleno de inspiración, arte y belleza.

Soy David García, y esto ha sido Mitos y más. Hasta la próxima, donde continuaremos navegando juntos a través de las apasionantes aguas de la mitología y el folclore mundial.

Fuentes consultadas para desarrollar este episodio:

  1. Homero. La Odisea, Libro 11: Descripción completa del inframundo. Disponible en línea en: https://es.wikisource.org/wiki/La_Odisea_(Luis_Segal%C3%A1_y_Estalella)/Canto_XI
  2. Homero. La Iliada, Libro 8. Líneas 357–3381: Referencias al dios y al lugar Hades. Disponibel online en: https://es.wikisource.org/wiki/La_Il%C3%ADada_(Luis_Segal%C3%A1_y_Estalella)/Canto_VIII
  3. Himno homérico a Deméter: Exploración de la relación entre Deméter y Hades en el mito de Perséfone. Disponible en línea en inglés en: https://uh.edu/~cldue/texts/demeter.html
  4. Aristófanes, Ranas. Líneas 138–140, 180–269: Representaciones de Hades y el inframundo.
  5. Apollodoro. Biblioteca. 2.5.12: Detalles sobre los mitos relacionados con Hades y sus interacciones con otros dioses. Disponible en línea en inglés en: https://www.theoi.com/Text/Apollodorus1.html
  6. Virgilio. La Eneida. Libro 6: Viaje de Eneas al inframundo, influenciado por la literatura griega y en particular por el mito de Orfeo. Disponible en línea en: https://es.wikisource.org/wiki/Eneida_(Ochoa)_VI
  7. Ovidio. Las Metamorfosis. Libro 7, Líneas 408–419; Libro 10, Líneas 65–67: Episodios que incluyen referencias al reino de Hades.
  8. Hesiodo. La Teogonía. Líneas 310–312, 758–819, 850: Descripciones del linaje y los dominios de los dioses, incluyendo a Hades.
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